Recientemente la justicia jujeña
ha dado una nueva muestra de arbitrariedad en el manejo de la causa contra
Morandini y Villegas, detenidos por compartir memes en redes sociales referidos
al exgobernador Morales y su entorno familiar.
En la audiencia donde la defensa
de los detenidos solicitó la prisión domiciliaria, la justicia no sólo la negó,
sino que además impuso un bozal legal -no pueden nombrar al exgobernador, a su
esposa y su hija- no sólo para los detenidos, sino también para sus familiares,
amigos y allegados.
En medio de este proceso se ha
producido el cambio de juez: salió el juez Assef, quien ordenó la detención de
ambos compañeros el 4 de enero, y la causa quedó a cargo del juez Pullen
Llermanos, quien rechazó la excarcelación, la prisión domiciliaria e interpuso este
“bozal legal”. Pullen Llermanos es un juez que no solo responde a los intereses
del gobierno -decidió reabrir una causa contra Milagro Sala cuando ya había
sido cerrada-, sino que también ordenó la liberación del femicida de Marina
Patagua y a imputados por abuso sexual, en plena vigencia de la ley de
emergencia en violencia de género de la provincia, donde estuvieron
involucrados los “hijos del poder’.
Una excusa represiva
Ha quedado claro que lo que se
está buscando con estas detenciones es crear un clima de intimidación a la
población y de regimentación del derecho de opinión y de manifestación. El
bozal legal impuesto por el juez es inaudito: las cuentas personales de los
detenidos están suspendidas y sus dispositivos móviles, en poder de la justicia;
segundo, al hacer extensiva la prohibición de nombrar a la familia del
exgobernador a familiares, amigos y colegas, abre un abanico de persecución a
terceros que no están ni imputados ni denunciados en la causa, de manera
completamente discrecional. Estamos ante una tentativa de cacería de brujas, en
un cuadro político atravesado por grandes crisis políticas y económicas. Este
atropello no es nuevo ni patrimonio del propio Morales. La ministra Bullrich,
bajo el gobierno de Macri, detuvo a un joven por tuitear un estribillo de una
canción de las Manos de Filippi.
Contra el intento de
amedrentamiento y disciplinamiento por parte del Estado contra los luchadores y
contra el derecho de opinión, llamamos a reforzar las movilizaciones y reclamar
la inmediata liberación de Villegas y Morandini, la caída de esta causa trucha
y la conquista de todos nuestros reclamos.
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