ROGGIO NO ES GARANTIA DE NADA
Durante febrero y marzo, los obreros del ingenio La Esperanza sostuvieron cortes de ruta, movilizaciones a Casa de Gobierno y a los tribunales de San Pedro para evitar la defunción del ingenio.
La incertidumbre del pago de sueldos para marzo y el no inicio de zafra por falta de fondos movilizó a los trabajadores, que enfrentaron la amenaza de los dos síndicos al frente de la gestión judicial de la quiebra. Tanto Cura (PJ) como Pedano (UCR) prometieron despidos y sanciones, al tiempo que pretendieron extorsionar a los trabajadores con el clásico “no hay plata”.
Luego de varias gestiones privadas y un control obrero- judicial mixto, con una comisión conformada mayoritariamente por la CCC , la empresa fue entregada a estos síndicos, que llevan diez años de administración a cuenta del estado, el principal acreedor de la quiebra. Los síndicos hipotecaron parte de las tierras, las arrendaron a aventureros, y negociaron la venta anticipada a Tabacal de azúcar y alcohol a precio vil para financiar las zafra. Además, promovieron el vaciamiento de la fabrica (transporte, calderas) a chatarra, la merma de hectáreas sembradas y su calidad productiva, con un desfinanciamiento que llevó a la parálisis productiva e inestabilidad laboral de 2.200 trabajadores del campo y la fabrica.
Recientemente, aparecieron ofertas de arriendo temporario de varios grupos privados, entre ellos, Emepa, ,Roggio, Luque y Tabacal, acicateados por el fuerte aumento en el precio del azúcar y el subsidiado negocio del bioetanol. Mientras tanto, y a través de la asfixia económica a lo que fue sometida la empresa, la sindicatura preparó al interior del ingenio un “clima” favorable a su arriendo a intereses capitalistas. Finalmente, se resolvió el alquiler del ingenio a favor de Roggio.
Este pulpo manejará durante dos años al ingenio y sus grandes extensiones de tierra para la producción de azúcar y de alcohol de caña, en función del negocio del biodiesel. De todos modos, Roggio podrá “Incursionar en otros tipos de producciones previa autorización judicial”,(Cronista, 6/4) como es el caso de la soja. Roggio (Metronec SA) es una contratista privilegiada del estado provincial cuestionada por el cobro de sobreprecios millonarios en la ruta de acceso a la ciudad de Jujuy. El arriendo implica el compromiso de operar la fábrica y mantener los puestos de sus 2200 trabajadores. Pero otros hechos ponen en duda esta cuestión: esta semana, el Banco Nación publicó un edicto anunciando la subasta de nada menos que 40.000 hectáreas del ingenio a 18 millones de pesos. La venta fragmentada de estas extensiones, por fuera del arriendo a Roggio, podría significar su entrega a Ledesma o Tabacal para moler caña en sus propios ingenios, privando a La Esperanza de una parte fundamental de sus tierras. De este modo, la sindicatura bipartidista está llevando al ingenio al remate y al desguace.
El sindicato, enrolado en la CTA impulsó el acuerdo con la Roggio ,condicionado por la asamblea de bases que impuso como pliegos, lucha de por medio, al veedor obrero, la estiba obrera ,mantenimiento de la planta de personal , replantación de 1000 hectáreas de cañas de azúcar y bonificación de 1.000 pesos para activar la zafra; quedó pendiente discutir y reclamar la normalización de la obra social, impaga desde el 2.006, y la equiparación salarial con el resto de los convenios de obreros azucareros de la zona. En la Esperanza, la categoría más baja cobra $1.500. No está claro, sin embargo si la Roggio está dispuesta a pagar el salario inicial de 2700 $ que reclaman todos los gremios del azúcar de Salta y Tucumán .
El estado y la sindicatura “administraron” el ingenio en el período de vacas flacas, y ahondaron su vaciamiento. Ahora que los precios del azúcar son prometedores, resolvieron ceder la administración estatal a un pulpo privado, que se llevará por dos años los beneficios del arriendo. El carácter precario de esta salida no es garantía de los puestos de trabajo ni del salario o las condiciones laborales. Ante la etapa abierta con el nuevo arriendo, defendamos a muerte esas reivindicaciones: ningún despido, equiparación salarial inmediata con los azucareros de todo el NOA, no al desguace del ingenio y de sus tierras.
GABRIELA ARROYO
Durante febrero y marzo, los obreros del ingenio La Esperanza sostuvieron cortes de ruta, movilizaciones a Casa de Gobierno y a los tribunales de San Pedro para evitar la defunción del ingenio.
La incertidumbre del pago de sueldos para marzo y el no inicio de zafra por falta de fondos movilizó a los trabajadores, que enfrentaron la amenaza de los dos síndicos al frente de la gestión judicial de la quiebra. Tanto Cura (PJ) como Pedano (UCR) prometieron despidos y sanciones, al tiempo que pretendieron extorsionar a los trabajadores con el clásico “no hay plata”.
Luego de varias gestiones privadas y un control obrero- judicial mixto, con una comisión conformada mayoritariamente por la CCC , la empresa fue entregada a estos síndicos, que llevan diez años de administración a cuenta del estado, el principal acreedor de la quiebra. Los síndicos hipotecaron parte de las tierras, las arrendaron a aventureros, y negociaron la venta anticipada a Tabacal de azúcar y alcohol a precio vil para financiar las zafra. Además, promovieron el vaciamiento de la fabrica (transporte, calderas) a chatarra, la merma de hectáreas sembradas y su calidad productiva, con un desfinanciamiento que llevó a la parálisis productiva e inestabilidad laboral de 2.200 trabajadores del campo y la fabrica.
Recientemente, aparecieron ofertas de arriendo temporario de varios grupos privados, entre ellos, Emepa, ,Roggio, Luque y Tabacal, acicateados por el fuerte aumento en el precio del azúcar y el subsidiado negocio del bioetanol. Mientras tanto, y a través de la asfixia económica a lo que fue sometida la empresa, la sindicatura preparó al interior del ingenio un “clima” favorable a su arriendo a intereses capitalistas. Finalmente, se resolvió el alquiler del ingenio a favor de Roggio.
Este pulpo manejará durante dos años al ingenio y sus grandes extensiones de tierra para la producción de azúcar y de alcohol de caña, en función del negocio del biodiesel. De todos modos, Roggio podrá “Incursionar en otros tipos de producciones previa autorización judicial”,(Cronista, 6/4) como es el caso de la soja. Roggio (Metronec SA) es una contratista privilegiada del estado provincial cuestionada por el cobro de sobreprecios millonarios en la ruta de acceso a la ciudad de Jujuy. El arriendo implica el compromiso de operar la fábrica y mantener los puestos de sus 2200 trabajadores. Pero otros hechos ponen en duda esta cuestión: esta semana, el Banco Nación publicó un edicto anunciando la subasta de nada menos que 40.000 hectáreas del ingenio a 18 millones de pesos. La venta fragmentada de estas extensiones, por fuera del arriendo a Roggio, podría significar su entrega a Ledesma o Tabacal para moler caña en sus propios ingenios, privando a La Esperanza de una parte fundamental de sus tierras. De este modo, la sindicatura bipartidista está llevando al ingenio al remate y al desguace.
El sindicato, enrolado en la CTA impulsó el acuerdo con la Roggio ,condicionado por la asamblea de bases que impuso como pliegos, lucha de por medio, al veedor obrero, la estiba obrera ,mantenimiento de la planta de personal , replantación de 1000 hectáreas de cañas de azúcar y bonificación de 1.000 pesos para activar la zafra; quedó pendiente discutir y reclamar la normalización de la obra social, impaga desde el 2.006, y la equiparación salarial con el resto de los convenios de obreros azucareros de la zona. En la Esperanza, la categoría más baja cobra $1.500. No está claro, sin embargo si la Roggio está dispuesta a pagar el salario inicial de 2700 $ que reclaman todos los gremios del azúcar de Salta y Tucumán .
El estado y la sindicatura “administraron” el ingenio en el período de vacas flacas, y ahondaron su vaciamiento. Ahora que los precios del azúcar son prometedores, resolvieron ceder la administración estatal a un pulpo privado, que se llevará por dos años los beneficios del arriendo. El carácter precario de esta salida no es garantía de los puestos de trabajo ni del salario o las condiciones laborales. Ante la etapa abierta con el nuevo arriendo, defendamos a muerte esas reivindicaciones: ningún despido, equiparación salarial inmediata con los azucareros de todo el NOA, no al desguace del ingenio y de sus tierras.
GABRIELA ARROYO
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