Se dividen los amigos de nuestros enemigos

Se acaba de producir una importante escisión ne la Tupac Amaru. La encabeza el ex brazo derecho de Milagro Sala, Alejandro "Pilo" Mansilla, quien acaba de fundar "La 27" en honor a Néstor K. "Pilo" critica las arbitrariedades de todo tipo de Sala y, en especial, su política de respaldar a cualquier candidato sin consultar. Propone el reparto democrático de las conquistas sociales y una construcción política que parta del rechazo de los métodos piqueteros y privilegie el "diálogo". En su primera movilización -que superó las cuatro mil personas- integró a una fracción de más de veinte delegados de distintos agrupamientos de la Tupac y de la red de organizaciones sociales que, con la Tupac, integran el lote de las organizaciones oficialistas.

El quiebre de la Tupac está abonado por la crisis irresuelta de la vivienda, en la cual patotas de "la Milagro" -junto a funcionarios- actuaron como fuerza de desalojo de los asentados, pero no lograron su objetivo. Un buen número de familias superó, incluso, el apriete de la patota, por lo que aún hoy siguen asentadas y han protagonizado movilizaciones como autoconvocados. Es decir que la división llega después de que una parte importante de los sin techo quedara fuera de la regimentación de la Tupac.

Por otro lado, la división estaría reflejando una división por arriba. Un sector del PJ acaba de ser desplazado del gobierno y derrotado en las elecciones de la capital, en donde todo indica que Milagro -y eventualmente otros sectores del PJ-K- estuvieron del lado del candidato radical, reelecto con el 60% de los votos. "Pilo" estaría del lado de este sector desplazado, llamado de los "colombianos" (porque se les atribuyen vínculos con el narcotráfico). Pero la masividad de la fractura se explica porque cabalga sobre sentidos reclamos contra la dirección de Sala y su integración al Estado.

Para explicar la fractura, Milagro dice que es sólo una expresión de la ruptura de los "colombianos" con el oficialismo y respondió con una movilización tres veces superior a la de "Pilo". Está en juego, claro, la disputa por el manejo de un presupuesto millonario para la construcción de viviendas y obras públicas, así como el reparto de varios miles de lotes.

Por otro lado, Fellner, quien asume esta semana la gobernación, ha dicho que aspira a la "normalización política" de la provincia para recuperar el control de las calles y las rutas.

Su modelo para regimentar a los movimientos populares sería el plan de un lote para cada familia; el cual, sin embargo, fracasó porque no alcanza a las más de 50.000 familias que se empadronaron. Esto ocurre porque no se plantean expropiaciones a gran escala ni se quiere afectar la gran propiedad terrateniente. Por otra parte, son todavía miles de trabajadores los que esperan el pase a planta como trabajadores del Estado.

En Jujuy, más que en otras provincias, se viene el ajuste. Está entre las provincias más endeudadas, favorecidas por el canje de deuda con la Nación, que incluyó dos años de gracia en el pago de capital e intereses, el cual enfrenta la reanudación de los desembolsos en 2012.
La importante votación al Frente de Izquierda en las recientes elecciones debe interpretarse como una tentativa de establecer una alternativa de los trabajadores, independiente del Estado, frente a un cuadro de reivindicaciones explosivas y la crisis de los aparatos como la Tupac, los que hasta ahora regimentaron buena parte de las expresiones de lucha popular.

En una provincia que podría calificarse como la capital de los sin techo y del trabajo en negro, en la que cayeron en medio de puebladas varios gobernadores, hay que desarrollar con todo vigor al Frente de Izquierda, para separar a los luchadores de la tutela del Estado y facilitar la construcción de un gran partido de los trabajadores

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