Con la presentación de las listas a legislador
provincial y concejales en Jujuy, entramos en la recta final hacia las
elecciones del 27.
Los Blaquier, patrones del ingenio Ledesma le
“marcan el paso” a Fellner y a Morales, quienes, en representación del PJ y la
UCR, se reparten el poder en la provincia. Esta patronal se animó a “jugar en
la calle” promoviendo movilizaciones que exigen impunidad en los delitos
cometidos durante la dictadura, atacan a la nueva dirección del sindicato azucarero
-que ha recuperado la capacidad de lucha de los trabajadores- y empujan a la
devaluación de la moneda. En 15 días, se han sucedido dos represiones brutales
contra trabajadores estatales: Fellner está dispuesto a llevar adelante un
libreto de mano dura y ajustes, como lo exigen las patronales.
Venimos de obtener 30.000 votos, con porcentajes
más altos en las grandes concentraciones obreras. Defendiendo esta votación
lograríamos el hecho histórico del ingreso, por primera vez, de la izquierda en
la Legislatura. Sería un paso fundamental para avanzar en la construcción de
una alternativa política independiente de los trabajadores jujeños, que en un
par de décadas tumbaron varios gobiernos, pero nunca pudieron constituirse como
alternativa política.
Una que se propone impedir esta conquista es
Milagro Sala. Ella presenta la ficción de un “kirchnerismo nacional” al que
sigue adjudicando posibilidades progresistas, en referencia a un Fellner
“conservador”. ¡La impostura no puede ser mayor! De ese conservadurismo forma
parte el mismo ‘modelo’ de Sala, con sus límites muy claros: decenas de miles
viviendo de un plan social, cooperativas que realizan obras públicas por la
mitad del convenio colectivo de trabajo. En vivienda, defendió el plan “un lote
para cada familia” que inscribió a decenas de miles hace dos años y sólo
entregó unos pocos hasta ahora.
La otra función del partido de Sala la acaba de
exponer el diputado Miguel Tito, que integra su frente, cuando declaró que
“cuando Milagro llegue a la Legislatura se van a acabar los cortes y ella se va
encargar de asegurarlo”. Sala no va a la Legislatura en representación de los
oprimidos. Su candidatura explicita su conversión definitiva en burócrata
estatal.
Por eso presenta el planteo del ingreso al
parlamento como un abandono de la “calle”. Si ello es suicida para los
trabajadores, lo es doblemente cuando está a las puertas un brutal plan de
ajuste.
En cualquier caso no hace falta que la Tupac llegue
al parlamento para verla jugar este papel de mordaza. Ya funcionaron como
apéndice del Estado en el desalojo físico de buena parte de las miles de
familias asentadas hace un par de años.
Desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda,
apuntamos a ingresar a la Legislatura para potenciar las luchas, defender a las
organizaciones obreras contra la regimentación y represión estatal y
desarrollar un programa. Planteamos una salida al problema de la vivienda en
base a la reserva y expropiación del 40% del suelo urbano, y exigir que el
estado garantice el pago del convenio a los trabajadores de las cooperativas.
Plantearemos que el ingenio La Esperanza con sus 65.000 hectáreas se integre a
un plan de desarrollo urbano y de diversificación productiva gestionado por
trabajadores y vecinos. De este modo pondremos fin a décadas de gestiones
patronales que recibieron subsidios millonarios del Estado, eliminaron puestos
de trabajo y no invirtieron un peso en la modernización de la planta.
El desarrollo del Frente de Izquierda
El Frente de Izquierda ha presentado su lista a
diputados provinciales, que es encabezada por José Mendoza (PO) y Alejandro
Vilca (PTS) en segundo término. Además, hemos presentado listas a concejal en
San Salvador de Jujuy, Palpalá, Perico, San Pedro, La Esperanza, Libertador
(Ledesma), Monterrico, El Carmen, La Quiaca y Tilcara.
Esto implica un desarrollo, puesto que nos
presentamos en más lugares que en 2011.
Nuestra tarea ahora es reforzar nuestra
intervención de cara a octubre para llevar a la izquierda a la Legislatura.
Iñaky
Aldasoro
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