Luego de más de diez días de detención, la Justicia decidió
liberar a los tres compañeros detenidos del sindicato de trabajadores
municipales de Jujuy (SEOM). Esta liberación se dio luego de una enorme
cantidad de pronunciamientos y actividades en reclamo de su libertad, que se
realizaron en diversos puntos del país. Además se produjo en el marco de la
gran marcha convocada por el gremio que fue desde los extremos de la provincia
hasta la capital.
Los compañeros habían sido detenidos cuando se llevaba a
cabo un plan de lucha del SEOM por la recategorización, pelea que vienen dando
los municipales contra la precarización laboral luego de años de connivencia
PJ-UCR. La detención se produjo varios días después de los hechos por los
cuales los imputaron, en horas de la madrugada, mediante órdenes de detención y
allanamientos en los domicilios, cuando toda la directiva del gremio se había
puesto a disposición de la Justicia luego de ser notificada.
Provincia al rojo vivo
La provincia se encuentra en una situación crítica: los
anuncios de inversiones que generarían “puestos de trabajo real en el sector
productivo” son un espejismo, las obras del Plan Belgrano también. Mientras,
una ola de despidos deja en la calle a miles de trabajadores jujeños, tanto en
el sector público como en el privado.
El anuncio del cierre de la mina Pirquitas, llevará a la
pérdida de la fuente de trabajo de 800 trabajadores; en la construcción hubo
más de mil despidos y también en Aceros Zapla hubo despidos y suspensiones.
Ahora se plantea el desguace del Ingenio La Esperanza.
En su reciente visita a Ledesma, Macri y el gobernador
Morales le habrían ofrecido ese ingenio a los Blaquier, Lembo, Gatti y
compañía. Si bien salieron a desmentirlo rápidamente, el anuncio del gobernador
para el “rescate” de La Esperanza, incluye una reducción de la plantilla, que
pasaría de 1.300 obreros a 500 (sólo para el cultivo de la caña, ya que todo el
proceso industrial se haría en Ledesma).
Este escenario ha generado varias crisis y el gobierno ha
terminado echando lastre. La liberación de los trabajadores del SEOM se produjo
un día antes que llegaran las columnas que venían marchando desde el interior
de la provincia hacia la capital. El gobierno no quería presentar la liberación
como un producto de la movilización popular.
En este marco, se ven los primeros choques dentro del equipo
de gobierno. Sólo 24 horas después de la liberación de los compañeros del SEOM,
renunció el ministro de Hacienda de la provincia y lo va a suceder el
presidente del Concejo Deliberante de la capital.
En este escenario, el gobierno de Cambiemos, encabezado por
el radical Gerardo Morales, ha decidido llegar a un acuerdo con el PJ para
cortar el proceso de “persecuciones judiciales” que había montado, siempre que
se trate, claro está, de los personeros y socios del poder político y
económico.
La escalada de detenciones y procesamientos que empezó con
Milagro Sala y parecía no tener límite, llegó a su techo con el procesamiento
de Armando Berruezo, ministro y jefe de Gabinete durante la gestión del ex
gobernador kirchnerista Eduardo Fellner.
Los trabajadores intervienen
Apenas asumió, Morales proclamó su objetivo: “liberar la
calle”. Para esto se ha valido de la reforma del código contravencional, de la
aplicación del protocolo antipiquetes, de la regimentación e inclusive de la
provocación política y policial. Sin embargo, no ha podido desactivar las
manifestaciones, la lucha de los trabajadores públicos contra los despidos,
particularmente una muy fuerte de Agricultura Familiar e Inadi. Por eso quiso
golpear al SEOM, que nunca dejó de luchar por la recategorización y el 82% para
los jubilados, y a la movilización de los obreros de La Esperanza contra el
desguace y los despidos.
Reforcemos la lucha y la organización contra los despidos y
el ajuste, y para que la crisis la paguen sus responsables: los capitalistas y
sus representantes políticos.
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